MOHO GRIS (Botrytis cinerea).
- Agroquimicos Arca
- 7 abr 2020
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Una de las enfermedades más importantes de la fresa es el moho gris o podredumbre de la fruta, causado por el hongo Botrytis cinerea, el cual puede provocar pérdidas superiores al 50 % de la producción. Botrytis cinerea es un hongo versátil capaz de crecer y reproducirse en tejidos dañados, senescentes y muertos del cultivo de la fresa.
TAXONOMÍA.
Reino: Fungi
División: Ascomycota
Subdivisión: Pezizomycotina
Clase: Leotiomycetes
Orden: Helotiales
Familia: Sclerotiniaceae
Género: Botrytis
Especie: B. fuckeliana
CICLO DE VIDA.
Las esporas de moho gris (Botryotinia fuckeliana / Botrytis cinerea) necesitan humedad (rocío, lluvia, agua de irrigación) y nutrientes para la germinación. En plantas secas, la germinación tiene lugar a una humedad relativa muy elevada (RH > 93%). El micelio crece en la planta. El moho gris (Botryotinia fuckeliana / Botrytis cinerea) es un hongo necrotrófico, lo que significa que segrega compuestos que matan las células vegetales y se nutre de su contenido. En el área infectada se forman esporas nuevas en el plazo de unos pocos días. En situaciones desfavorables para la germinación, las esporas pueden sobrevivir unos días en la superficie de la planta y germinar cuando aumente la HR, por ejemplo, cuando se recolectan flores cortadas y se almacenan en frío.
En general, el moho gris (Botryotinia fuckeliana / Botrytis cinerea) se considera un patógeno débil que solo infecta las plantas dañadas o débiles.
DAÑOS.
El hongo puede infectar pétalos, pedúnculos y frutos. El hongo se establece inicialmente en las hojas o flores que han sido dañadas por condiciones ambientales, prácticas de manejo u otras causas. Las hojas nuevas que son infectadas suelen no mostrar síntomas debido a que el hongo permanece inactivo (latente) en estos tejidos, sin embargo, al madurar el hongo puede activarse y producir una cubierta aterciopelada gris en las partes necróticas de la hoja.
El inóculo producido en estos tejidos a continuación, se extiende a otras flores y frutos susceptibles, especialmente los jóvenes. Las flores sintomáticas muestran lesiones de color café en los pétalos y el pedúnculo de la flor; y los síntomas iniciales en la fruta son la aparición de manchas de color marrón claro y zonas acuosas. Posteriormente los tejidos afectados se cubren de un polvo gris (conidios) y la planta toma un aspecto blanco “momificado”. La infección de la fruta es más grave en zonas con poca ventilación y luz, y alta humedad relativa; además, los frutos que se encuentran en contacto con el suelo o con frutos podridos son los más afectados. La fruta infectada puede producirse en el campo antes de la cosecha o durante el transporte o almacenamiento del mismo.
El patógeno puede ser introducido a los campos por diferentes medios: material de trasplante contaminado (estolones), estructuras invernales (esclerocios) que sobreviven en el suelo o residuos de plantas no recogidas en campo y cultivos contaminados adyacentes a los campos. Las esporas del hongo son fácilmente dispersadas por el aire, salpicaduras de agua y por actividad física-mecánica de las prácticas culturales.
Las condiciones que favorecen la proliferación del hongo son ambientes frescos y húmedos, donde la temperatura óptima para una producción alta de esporas va de los 15 a los 22 °C.
Para el control efectivo de Botrytis cinerea, los productores deben implementar, cuanto antes, prácticas de manejo integrado que incluyan aplicaciones a tiempo de fungicidas en combinación con una variedad de prácticas culturales.
CONTROL CULTURAL.
El manejo de la densidad de plantación es fundamental y se debe procurar tener una distribución que permita la aireación efectiva entre las plantas. La selección de variedades que no producen follaje extensivo y que desarrollan flores y frutas con porte erguido, permite que la fruta quede expuesta a mayor aireación y radiación, reduciendo las condiciones favorables para el desarrollo del hongo. También se debe quitar y destruir toda materia muerta o infectada, como hojas senescentes o frutos dañados, así como eliminar los residuos de cosecha del ciclo previo, con el objetivo de reducir la cantidad de inóculo capaz de producir nuevas infecciones. Durante la cosecha se debe quitar toda la fruta madura y aquellas que tengan señales de descomposición o daño por frio u otras causas.
El uso de riego por goteo es una herramienta que permite reducir las condiciones propicias para el desarrollo del moho gris. El establecimiento del cultivo bajo cubierta (macrotúneles), puede reducir la podredumbre de la fruta al disminuir la humedad relativa y hojas húmedas por el roció, además de minimizar daños por lluvia o heladas. Por otro lado, el uso de plástico en las camas previene el contacto de la fruta con el suelo, reduciendo la incidencia de la enfermedad.
La fresa es una fruta extremadamente sensible al daño; en este sentido, minimizar las lesiones en la fruta durante la cosecha y el empaque es esencial para evitar la proliferación de la enfermedad durante la etapa post-cosecha. Durante el manejo post-cosecha es esencial enfriar inmediatamente la fruta a 0 o 3 °C, y mantener almacenada la fruta a temperaturas bajas que impidan condiciones óptimas para el crecimiento del moho gris.
CONTROL QUÍMICO.
Un fungicida protector previene la germinación de las esporas cuando se presentan condiciones ideales para el desarrollo de la enfermedad. Un buen programa de aplicaciones de fungicidas es aquel que es diseñado con aplicaciones preventivas y curativas a lo largo del ciclo del cultivo, donde se incluyan rotaciones y mezclas de productos con distintos modos de acción.
Producto: Cerfutrin.
Ingrediente activo: Tiofanato de metilo.
Dosis x hectárea: 1K.
Bibliografía.
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